Un blog para compartir

Éste es el “blog” Cultural del Centro de Formación Cimatario(CFC), dedicado a orientar a los jóvenes y niños para que mediten acerca de sus aspiraciones artisticas, deportivas e intelectuales. Podran conocer perfiles, consejos y en general, herramientas que les permitan lograr su preparación como seres integrales, capaces de elegir su vocación y erguirse como extraordinarios seres humanos: seguros, honestos y multidisciplinarios.







domingo, 5 de diciembre de 2010

"SIQUEIROS: PASION COLOR DE FURIA / ARTIST AND WARRIOR"

"SIQUEIROS: PASION COLOR DE FURIA / ARTIST AND WARRIOR"
DE: HÉCTOR TAJONAR
VIDEOTECA UNIVERSAL CONACULTA
ARTES VISUALES
CONACULTA
MÉXICO
1996

"David Alfaro Siqueiros (1896-1974), uno de los innovadores de la técnica pictórica del siglo xx, fue también una de las personalidades más versátiles y polémicas del arte contemporáneo mexicano. Adoptó el estalinismo con la misma pasión con la que amó a sus mujeres o con la que empuño el fusil durante la revolución mexicana y la guerra civil española. Congruente con sus ideas hasta el dogmatismo y la violencia, organizó y participó en un ataque armado contra León Trotsky, apenas tres meses antes del asesinato del líder soviético. Hombre de excesos y exabruptos, actor nato que representó con vehemencia el papel de sí mismo; Siqueiros fue una personalidad llena de contrastes, de claroscuros y de una indomable fuerza expresiva vivió, pinto y luchó imbuido por una pasión color de furia. Este documental es el registro audiovisual más completo sobre su vida, obra y actividad política"



*Evite poner los demas links para ahorrar espacio en la entrada del blog. Los demas links los pueden ir siguiendo en "you tube".

jueves, 2 de diciembre de 2010

LOS VEHICULOS DE LA PINTURA DIALECTICO-SUBVERSIVA* (Siqueiros)

I. Antecedentes

La Chouinard School of Art (empresa privada) me encomendó la pintura al fresco de un muro exterior de su edificio central en la ciudad de Los Ángeles. En esa comisión colaboraron conmigo veinte pintores profesionales del sur de California con el carácter de alumnos. Para darle a nuestro trabajo forma orgánica colectiva constituimos un grupo que denominamos Block of Mural Painters. Nuestra obra fue terminada en dos semanas (primera y segunda de julio de 1932), no obstante las dimensiones del espacio elegido (24 x 19pies). Esto pudimos hacerlo debido al uso exclusivo de instrumentos mecánicos. El fresco se compone de veinte figuras y representa un mitin en una fábrica.
Tres semanas más tarde el director del Plaza Art Center, de la misma ciudad, me contrato para pintar otro muro exterior. Las proporciones de éste eran 3.5 veces mayores (1800 pies cuadrados), su tema es: America Tropical. Realizamos éste fresco en veinte días por las mismas razones que nos capacitaron a concluir el anterior en dos semanas, y adquirimos mayor experiencia en el uso de nuevos medios para la producción plástica.
El procedimiento usado, sin antecedentes en l pintura monumental, nos permitió sacar experiencias que consideramos de un gran valor en la transformación radical de la técnica pictórica y, por lo mismo, el principio de un nuevo sentido de la plástica que este en consonancia con la naturaleza social y científica de la época moderna.
Esta convicción nos impulsa a hacer publicas tales experiencias, con la seguridad de que serán mis camaradas, los pintores ideológicamente revolucionarios, quienes sacaran mejor provecho de ellas, pues muestran con claridad la profunda conexión que en arte tienen hasta ahora el fondo y la forma, esto es, la convicción y los medios adecuados para expresarla; es decir, las ideas y el lenguaje que las exterioriza justamente.
Procedo así también porque esas experiencias constituyen una formal aportación a la técnica pictórica del presente periodo de ilegalidad revolucionaria y a la técnica pictórica de la actual y las futuras dictaduras del proletariado. Son experiencias útiles para la lucha subversiva de hoy y anticipos técnicos para las necesidades de la nueva sociedad humana que ya llega.

II. Hacia la revolución técnica de la pintura

¿En que consiste concretamente la transformación o revolución técnica de la pintura?
¿Cuáles son las conexiones de esa revolución con la pintura dialéctico-subversiva?
Los instrumentos de producción musical han evolucionado enormemente a través de la historia del mundo. Lo elementos o instrumentos de edificación han sido radicalmente transformados. Por lo contrario, los elementos e instrumentos de producción pictórica profesional o “artística” no solamente no se han modificado o multiplicado, sino que se han empobrecido y limitado a través del tiempo. Los pintores modernos, que no son productores comerciales o industriales, siguen usando elementos e instrumentos empleados hace miles y cientos de años. Este hecho es particularmente sorprendente en países de gran potencialidad técnica como los Estados Unidos. Asombroso y de fatales resultados para la acción estética revolucionaria es también que los pintores modernos de ideología proletaria se encuentren sepultados en el mismo error, argumentando que la técnica es en arte un valor absoluto, inmutable y utilizado solamente por las diferentes clases en su propio y vario provecho. En esas condiciones, esos camaradas poseen convicción, pero carecen de voz adecuada para expresarla.
La revolución técnica consiste, pues, en que el Block of Mural Painters esta usando ventajosamente los modernos elementos e instrumentos de producción plástica que la ciencia y la mecánica moderna aportan. Para el Bloque los modernos elementos e instrumentos de producción pictórica representan una reserva de inmenso valor para la propia esencia de la plástica y para la pintura política de agitación y propaganda revolucionarias. Son el único vehiculo posible para los pintores de convicción marxista y, en general, para aquellos que hayan sido estremecidos por la vida actual. Para el Bloque los elementos e instrumentos de producción pictórica, como exteriorización física y mecánica de las condiciones sociales y geográficas correspondientes, son origen y esencia de la estética plástica. A instrumentos y elementos anacrónicos corresponde una estética anacrónica. El Renacimiento mexicano es un ejemplo; pretendió ser moderno y es arcaico; pretendió ser monumental y resulto pintoresco; pretendió ser proletario y es populista; pretendió ser subversivo y es místico; pretendió ser internacionalista y es folklóricamente chauvinista; inicio su marcha hacia la revolución y fue a parar al oportunismo estética y políticamente mas contrarrevolucionario. ¿Las causas?¿falta de ideología revolucionaria? Si, también; pero lo principal fue la carencia de una técnica adecuada. Pruebas: en a primera época de ese Renacimiento los generadores de él teníamos cosas revolucionarias que decir, nuestra teoría era revolucionariamente justa, pero no la pudimos expresar convenientemente por que no supimos encontrar el lenguaje adecuado. Olvidándonos de que nuevas condiciones sociales exigen medios correspondientes de expresión plástica, bebimos exclusivamente en fuentes arqueológicas o simplemente opuestas. Los frescos cristianos de los primitivos italianos, los códices católicos de los sacerdotes españoles de la Colonia, las pasivas lucubraciones snobs de los modernos franceses y los retablos religiosos o patrióticos de los pintores populares mexicanos sirvieron de base en la práctica a la construcción plástica de nuestra obra. ¿Era posible hacer un producto impulsivo con factores plásticos precisamente deprimentes, de política predeterminadamente depresiva hecha para someter a las masas? Con un órgano de iglesia no puede producirse música revolucionaria psicológicamente subversiva. Con ese instrumento, el más barroco Danton se convierte en canto sacro. Una música popular no deja tampoco deje de ser lo que es en esencia por que se le acomode arbitrariamente una letra inflamadamente revolucionaria. Su efecto estético-psicológico será deprímete y no impulsivo, ya que en ese caso el papel principal lo juega la música. La música folklórica es biológicamente popular, pertenece socialmente al siervo, al paria, al peón de la hacienda feudal y su sentido estético no puede servir de voz al proletariado industrial moderno. La voz popular es de belleza quejumbrosa y suplicante. La voz del proletariado es la voz de la clase históricamente predestinada para cambiar de sistema económico al mundo. La voz del proletariado es voz dialéctica, agresiva, conminativa y tremendamente optimista. Así debe de ser la expresión estética que sirva a su lucha. Así debe de ser la plástica de agitación y propaganda revolucionarias.
La revolución técnica consiste en que el Bloque de Pintores esta luchando organizadamente por la supremacía de la pintura monumental sobre la pintura de caballete; en que esta demostrando en la platica la superioridad de la pintura producida directamente sobre los muros, como parte física de ellos, sobre la llamada pintura mural transportable, realizada al óleo o al temple sobre telas para ser mas tarde adherida a las paredes. Esta pintura es bastarda y quebradiza. La pintura monumental vive la vida que vive el muro. La pintura de caballete es mezquina propiedad individual. La pintura mural directa pertenece a las masas, a la humanidad entera.
La revolución técnica consiste en que el Bloque de Pintores esta luchando por la supremacía de la pintura mural al aire libre, la pintura mural hacia la calle, sobre la pintura mural interior oculta. Esta es limitada, su radio de acción es ínfimo, mientras que aquella extiende su perspectiva hacia las ciudades y conectándose con los afluentes del tráfico se entrega por completo a millones de hombres.
La revolución técnica consiste en que el Bloque esta demostrando prácticamente la superioridad del trabajo colectivo en acción técnica democrática, bajo una direccion técnica elegida democráticamente, sobre el mezquino trabajo individual. El trabajo de grupo reconcentra enorme riqueza emotiva, técnica y de acción física humana sobre la tarea emprendida El trabajo colectivo es la forma orgánica correspondiente a la pintura monumental y a la plástica subversiva. Es el único aplicador posible de la mecánica plástica. Es el único capaz de aportar al proletariado el amplio material de agitación y propaganda que éste necesita para su diaria lucha. Es la maquina necesaria para la consecución de la obra “grande de cuerpo y alma”. Es, además, la única forma de enseñanza plástica, puesto que hace participar a los aprendices en el proceso total de la obra en desarrollo. Para la producción multiejemplar que exige la lucha actual del proletariado, el trabajo colectivo es absolutamente necesario.
La revolución técnica consiste en que el Bloque de Pintores esta encaminado hacia el conocimiento científico de la naturaleza y los medios psicológicos de los diversos elementos plásticos, objetivos y subjetivos que componen la expresión estética pictórica; esto es, la naturaleza y medios psicológicos de los colores, de los tonos, de los valores, de las formas, de los volúmenes, de los espacios, de las texturas, de las combinaciones, del ritmo, del equilibrio, de la mecánica del movimiento, aisladamente y en sus infinitas conexiones. El Bloque trata de precisar científicamente cuales elementos son de naturaleza estática o dinámica, depresiva o impulsiva, reaccionaria o subversiva, activa o pasiva, etc., etc., en su esencia y en su juego psicológico-plástico. La psicología general ha tocado ya el caso de los colores desde un punto de vista medico y para el servicio de la medicina aplicada. Hace falta ahora llevar esa ciencia hacia el campo de la plástica y de la estética en general. Esta empresa es de inmensa importancia para el arte como fruto humano absoluto, pero más aun para el arte dialéctico-subversivo de la época moderna.
La revolución técnica consiste en que el Bloque de Pintores esta haciendo una guerra a muerte al empirismo profesional, al lirismo anticientífico que domina a los pintores desde hace varios siglos, y exige, en cambio, el profundo conocimiento de la física, de la química, de la mecánica relacionada con los elementos e instrumentos indispensables para la plástica, o que seas susceptibles de ser usados por esta. Los pintores que hoy desconocen hasta la naturaleza física de los colores que usan. Nada saben sobre el proceso químico que sufren los materiales que emplean. Suponen que la plástica es un problema exclusivamente emocional sin conexión alguna con vehículos materiales correspondientes.
La revolución técnica consiste en que el Bloque de Pintores esta demostrando la supremacía de la pintura transportable multiejemplar sobre la pintura uniejemplar. La segunda sirve exclusivamente a su propietario individual. La primera es instrumento formidable de agitación y educación de las masas por su infinita posibilidad de divulgación. La pintura uniejemplar no sirve para la legalidad que ya lleva. La confiscación de la pintura uníejemplar por parte de la policía le da muerte total para los fines de la propaganda. En cambio nada conseguiría la policía confiscando ejemplares de naturaleza multiejemplar, pues la correspondiente matriz, convenientemente asegurada, puede seguir produciendo hasta el infinito.
La revolución técnica consiste, en resumen, en que el Bloque de Pintores está aportando los vehículos objetivos y subjetivos de expresión que necesita la pintura dialéctico-subversiva; esto es, la pintura de agitación y propaganda revolucionaria, es decir, la plástica pictórica de la era moderna. El Bloque de pintores se coloca exclusivamente en el terreno de la técnica que necesita el arte de las masas, porque el mundo presente y el futuro pertenecen ya por entero a la dinámica de las masas: el presente, a las masas antagónicas en plena batalla final; el futuro inmediato, a las masas proletarias y campesinas ya victoriosas; el futuro lejano, a la comunidad humana científicamente organizada y ya sin salvajes represiones.

*Conferencia en el John Reed Club, de Hollywood, el 2 de septiembre de 1932. David Alfaro Siqueiros.

Anacronismo: es algo que no corresponde a la época a la que se hace referencia.
Subversivo: trastorno, revuelta o destrucción.
Chauvinismo: es la creencia narcisista próxima a la paranoia y la mitomanía de que lo propio del país, o región, al que uno pertenece es lo mejor en cualquier aspecto.
Lucubración: Meditar, reflexionar en obras que requieren ingenio.

martes, 30 de noviembre de 2010

Siqueiros



A escasos días de haber cumplido setenta y seis años, murió David Alfaro Siqueiros. Desapareció el último de los tres grandes de la pintura mexicana, el que más lucho en el terreno de la teoría y de la creación plástica por señalar el camino a las nuevas generaciones de pintores. Por su profundo aliento humano y sus indiscutibles valores plásticos, la herencia que Siqueiros, Rivera y Orozco han dejado a México y al mundo, es enorme, y grandes las responsabilidades que este legado plantea a las generaciones de pintores que les siguen en el tiempo.
Siqueiros fue un combatiente, en el arte y en la vida. Cuando llego la hora decisiva que convoco a todos los mexicanos a la lucha, no dudo, pese a su corta edad, en tomar las armas. ¡Que buen mexicano no fue soldado! Por que cualquiera que fuese la vocación, en aquellos momentos la disyuntiva era tomar un fusil. Y Siqueiros empuño el suyo.
La guerra civil fue severa escuela. En los vivaques, en las agotadoras marchas bajo el sol o en las heladas llanuras del norte, en las batallas del Bajío, donde la división de Occidente -en la que militaba Siqueiros y que formaba parte del Ejército de Operaciones del Norte, al mando de Álvaro Obregón- , peleo durante largas jornadas contra la División del Norte comandada por Francisco Villa.



En el contacto con el hambre del pueblo, sujeto a las pruebas más rigurosas de valor, entereza y paciencia, Siqueiros logro como suprema enseñanza, la convicción en la grandeza del pueblo. Fueron Diego Rivera, José Clemente Orozco y sobre todo David Alfaro Siqueiros, quienes nos revelaron la estatura autentica del soldado, del obrero, del labriego, del artesano, del indio, de las mujeres humildes, de los niños nacidos en estas tierras y también, como Orozco lo dice en su autobiografía, “como una aurora, los pasajes de nuestra inmensa patria, ya el duro y mineral de nuestras cordilleras, ya el jocundo y festival de los trópicos y de las costas”.
La obra pictórica de los tres grandes es producto excelso de la Revolución popular que barrio de la historia a los que detentaban el poder en México.
Nuestra revolución inicia la marcha de decenas de pueblos oprimidos por la senda de su liberación. Y en esa gigantesca empresa, los tres grandes de la pintura elevaron a la cima la creación plástica, llevando a los muros la lucha del pueblo, sus humillaciones y sus sufrimientos, pero también el triunfo de millones de miserables y descalzos en armas, decididos a forjar un nuevo mundo. En esa lucha desigual de un pueblo pobre y desangrado por la guerra civil, aislado frente a las grandes potencias, la obra de los tres muralistas es un canto de fe que permanecerá como testimonio de la entereza de una generación que no regateo el mayor de los esfuerzos y cumplió su mandato histórico, sin temor al poder de sus enemigos. La Revolución entrego la tierra a los campesinos, expropio el petróleo, nacionalizo los ferrocarriles y la industria eléctrica; levanto presas para dominar los ríos; perforo montañas para llevar a través de ellas carreteras y ferrovial y pobló de escuelas las campiñas.



Siqueiros supo crear un lenguaje plástico adecuado a sus sueños y esperanzas, que son también los de su pueblo. Su trazo vigoroso y el empleo de nuevos materiales, dieron riqueza cromática a sus creaciones, que constituyen una de las conquistas pictóricas más valiosas en el campo del arte. Se planteo y resolvió, como Rivera y Orozco, problemas ópticos complicados pues, como bien lo dice Crespo de la Serna, por sus logros “sobre visualidad de la perspectiva, se acerca al arte Op”. Sus esfuerzos para dar movimiento a las figuras representan uno de sus mejores frutos. Siqueiros fue un revolucionario en la forma y en el contenido plástico. Las generaciones que vendrán después de la nuestra seguirán admirando la belleza de la obra de Siqueiros, aunque ajenos, quizá, al impulso ideológico que lo llevo a realizarla, esto es, cuando hayan desaparecido las actuales relaciones sociales y se destaque solo la forma, el sentido rítmico y musical de sus composiciones, tanto murales como de caballete. Sobre este aspecto de su pintura, la de caballete, el arte de Siqueiros se identifica rn las obras maestras como un continuum estético, político y filosófico, en el grado más alto y mas plenamente realizado de su vehemencia. Esta visualización del mundo real, dotada de una gran fuerza de encanto, que no es otra cosa que un poder mágico de lirismo, es constante también en las obras maestras de caballete: Niña con moños azules(1935), El eco de un grito(1937), El sollozo(1939), Etnografia(1939), que son como notas para pintura mural al igual que otras posteriores: Calabazas(1946), El esteta en el drama(1944), Nuestra imagen actual(1947), Angélica(1947) que bastan para colocar a Siqueiros en la pinacoteca de los grandes genios.
El carácter innovador de Siqueiros da una vigorosa originalidad a su obra: el presentimiento de los nuevos cambios, lo que Marx llamo cabalmente un “conformar profético”. Siempre un artista de vanguardia en sus concepciones técnicas, Siqueiros no fue jamás un pintor a la moda. No solicito nunca –aunque vivió muchas ocasiones en la mayor pobreza- el favor de los poderosos. Generoso siempre, le gustaba la frase de Dante: “Si el mundo supiera que corazón poseía, luego de elogiarlo, lo elogiaría todavía mas”.
Su lucha obstinada por la pintura mural se justifica plenamente. Si aquí encuentra detractores, en otras partes del mundo, artistas de relieve –como él- practican el muralismo.



Por el sentido de solidaridad humana, que fue una de sus características, Siqueiros marcho a España en las horas amargas de 1936. Lo vieron en Madrid en aquel año, cuando convergían sobre la gran capital las columnas franquistas; se presento para servir, simplemente en lo que fuera: en misiones de enlace, como pintor de carteles, como simple soldado. Mas tarde el gobierno de la Republica aprovecho sus experiencias en nuestra guerra civil y le dio un mando de tropas.
México envío, a la España traicionada por sus generales y cercada por la retracción de varias potencias, fusiles, unos pocos cañones e inclusive a sus hijos. Siqueiros fue uno de los miles de combatientes que afluyeron de todos los rumbos del planeta en ayuda del pueblo español.
Al hacer balance de la vida y de la obra de Siqueiros, es indudable que la herencia que nos deja es su pintura. Si ha entrado en el panteón de nuestros grandes muertos, es particularmente por su larga y sostenida lucha por el arte publico, por la pintura mural, ya que, como dijo José Clemente Orozco: “la forma mas alta, mas lógica, mas pura y fuerte de la pintura, es la mural. Es también la forma mas desinteresada, ya que no puede ser escondida para beneficio de unos cuantos privilegiados. Es para el pueblo, es para todos.”



Toda obra de arte tiene un contenido, es decir, es creada obedeciendo a una idea, a un propósito definido de su realizador, y además, la obra de arte se produce en determinado momento de la vida humana, o sea que ha sido engendrada dentro de un mundo intelectual, moral y político concreto. Pero a diferencia de las conquistas científicas cuyo valor se mantiene hasta que nuevas investigaciones las tornan obsoletas, la creación artística nace en un ámbito propio, poético y se rige por leyes que le dan autonomía y permanencia.
Puede el correr de la historia desvanecer el propósito ideal que ánimo la creación de la obra de arte, pero si posee valores efectivos, permanecerá como herencia para toda la humanidad.
El hombre, sus emociones y sensaciones, son el objeto del arte; creado por el hombre, las cosas que representa solo tienen sentido para él, que lo entiende, se emociona o simplemente se asombra ante esa obra, se la apropia, la humaniza. Los árboles que pintaron Cézanne, Velasco o Clausell no son los que estudia el botánico, sino cabalmente lo que el pintor entrega al espectador. Es el fruto tanto de su pensamiento como de su trabajo; de sus concepciones estéticas y plásticas como de su praxis.



Mas la obra artística, para serlo, debe tener unidad, coherencia interna y, por lo mismo, autonomía, independencia, lo que obliga a juzgarla por si misma, lo que impide considerarla como una mera manifestación ideológica. La obra de arte habla por igual a todos los hombres, sea cual sea la clase social a la que pertenezca y, sobrevive a la etapa histórica en la que fue creada; se prolonga en el tiempo.
Las ciudades monumentales como Teotihuacán, Monte-Albán y Chichén-Itzá; la iglesia de Tepotzotlán, el Palacio de Iturbide o el de Minería, expresan realidades correspondientes a distintas épocas: la prehispánica y la virreinal, pero como obras de arte, viven fuera del mundo histórico de las sociedades indígenas y de la dominación española. La supervivencia de la obra de arte se revela en el carácter específico de su realidad.
La pirámide del Sol, en cuya cima se levantaba el templo de dios, la iglesia de Tepotzotlán y el palacio de Iturbide y el de Minería ya no desempeñan la función social para la que fueron creados; solo permanece su valor artístico. Y ese valor se expresa en la posibilidad de generar la obra de arte, su propia condición de intemporalidad, la capacidad inextinguible de suscitar en nosotros el asombro y la emoción estética.
Siqueiros tenía plena conciencia de este principio y sabía que su obra respondía a necesidades sociales y políticas de millones de seres que luchaban por mejorar sus condiciones de vida. Comprendía que esa lucha se libraba dentro de un espacio geográfico concreto, en un territorio que es el hogar de una comunidad nacional, cuyo progreso y liberación no se obtendrá sino venciendo la sutil dominación extranjera que mediatiza la economía y merma la soberanía nacional, en una palabra, sin una lucha contra el imperialismo y sus agentes indígenas. Que, en consecuencia, la lucha en el campo de la creación artística es un factor de aliento, de formación de la consciencia nacional y social, por tanto, de enorme valor en la defensa de la nación.
Su sensibilidad e imaginación son una marea que lo inunda todo. Los sueños de Siqueiros no fueron arbitrarios, son sueños comunes a todos nosotros. Su mano acelerada por una energía casi febril logro una solidez de la materia, creo un medio denso y profundo, donde la forma y el color reinan sin ambages, alcanzando la vigorosa comunión de la pintura y de la escultura.

Rafael Carrillo Azpeitia




• Dado que su lucha era teórica y practica, estuvo encarcelado innumerables veces desde que tenia 14 años hasta ya avanzada edad, indudablemente bajo esta adversidad también encontró profundas fuentes de inspiración y…bueno, mucho tiempo para meditar.

Fab Sánchez

o vivaque: Acción de pasar la noche a la intemperie, una persona o un grupo de ellas.
o Labriego: Labrador rústico.
o Detentar: 1 Ocupar un cargo o un poder de manera ilegítima.
2 Tener sin derecho una cosa que no pertenece.
o Praxis: Aplicación práctica o ejercicio de una rama del saber.
Personalización de una practica.